¡Cómo es pequeña la noche sin ti!
¡Cómo es pequeña la noche sin ti!
Tan diminuta y minúscula
que las luces de las estrellas
caen y se detienen en el fondo marino.
¡Cómo es abstracta la noche sin ti!
Tan pobre y borrosa
que la luna parece una vagabunda catarata
en el ojo de este opaco cielo.
¡Cómo es apagada la noche sin ti!
Tan eclipsada e ininteligible
que mis ojos siguen en esta oscura playa,
únicamente quedándose en tu última mirada
como mi única luminosa morada.
¿Debo acaso creer,
qué el sol te tenga atrapada en su pecho
como “su dulce rehén”
y qué te utilice con sus rayos
para despertar el mundo
a través de tu “naciente y reluciente” sonrisa,
mientras que dejes el cielo nocturno
en la sombra de tu sombra?
Entonces, amor mío,
prefiero que mis ojos vagabundeen
hasta el infinito del indefinido
encontrándome así bien definido contigo
quizás en otras vidas
o tal vez en otros instantes de esta
y finalmente, penetrar tu alma con mis pupilas
teniendo ese sol tuyo, tan cerca,
que no cerraría más mis ojos para soñarte,
creyendo que la noche hubiese dejado de existir
y viviría soñando contigo siempre despierto
sin más perderte despertándome.
¡Cómo es pequeña la noche sin ti!
Tan diminuta y minúscula
que las luces de las estrellas
caen y se detienen en el fondo marino.
¡Cómo es abstracta la noche sin ti!
Tan pobre y borrosa
que la luna parece una vagabunda catarata
en el ojo de este opaco cielo.
¡Cómo es apagada la noche sin ti!
Tan eclipsada e ininteligible
que mis ojos siguen en esta oscura playa,
únicamente quedándose en tu última mirada
como mi única luminosa morada.
¿Debo acaso creer,
qué el sol te tenga atrapada en su pecho
como “su dulce rehén”
y qué te utilice con sus rayos
para despertar el mundo
a través de tu “naciente y reluciente” sonrisa,
mientras que dejes el cielo nocturno
en la sombra de tu sombra?
Entonces, amor mío,
prefiero que mis ojos vagabundeen
hasta el infinito del indefinido
encontrándome así bien definido contigo
quizás en otras vidas
o tal vez en otros instantes de esta
y finalmente, penetrar tu alma con mis pupilas
teniendo ese sol tuyo, tan cerca,
que no cerraría más mis ojos para soñarte,
creyendo que la noche hubiese dejado de existir
y viviría soñando contigo siempre despierto
sin más perderte despertándome.
