
En tu alma, la mía furtivamente anida
En tu alma, la mía furtivamente anida
y en mi pecho, tus latidos aún resuenan.
En tus silencios, mis versos así asuenan,
y en mi voz, tu vida queda absorbida.
En mi imaginación, el amor a menudo de ti se tiñe
y en la realidad, mi cabeza jamás por eso me riñe.
En tu alegría, mi tristeza es como uno espectro
y en mi lógica, tu sonrisa es como "mi único plectro".
En mis labios, mis sueños...